La Real desciende a Segunda 40 años después y certifica el mayor fracaso de su historia.
En ningún momento de la tarde estuvo salvada ya que no ganó y sí lo hicieron Betis, Athletic y Celta.
En ningún momento de la tarde estuvo salvada ya que no ganó y sí lo hicieron Betis, Athletic y Celta.
La Real firmó ayer el mayor fracaso de su historia. La escuadra blanquiazul jugará en Segunda después de 40 años de permanencia ininterrumpida en la máxima categoría lo que le ha convertido, sin duda, en uno de los clubs más grandes del fútbol nacional. Miles de aficionados de la Real tuvimos la hombria y el valor para mirar a la tragedia cara a cara y asistimos al hundimiento definitivo del proyecto Fuentes. Él y sus consejeros se hicieron cargo hace dos años de un equipo que ayer tocó fondo después de un proceso de descomposición permanente que ha llevado a la Real a dar con sus huesos en Segunda División.
Tras el ascenso de Puertollano y estos 40 años de gloria, el descenso se magnifica tremendamente, será lo más humillante que figure nunca en la biografia realista. Sólo la refundación de los pilares de la entidad, sólo la reconstrucción de las señas de identidad que han llevado a esta sociedad a ser tan grande pueden 'validar' este descenso a Segunda que en cualquier caso, es una losa con la que todos los gipuzkoanos debemos cargar desde hoy.
La Real ya yace en Segunda División después de tocar la gloria con los dedos durante cuatro decadas que le han convertido en uno de los grandes de España. Un club que ganó dos Ligas, que ganó una Copa, que paseó su grandeza por Europa y que nos expandió el orgullo de ser de la Real. Ser de la Real no es ser cualquier cosa. Significa pertenecer a uno de los clubs más importantes de la Liga, algo que los últimos capitanes de la nave txuri urdin no han sabido ver. Unos mandatarios que han ninguneado al equipo, haciendo cosas contra los valores de la entidad y que, por tanto, la han empequeñezido hasta el punto de que se va a Segunda de manera irreconocible.
Ayer la Real ni siquiera fue capaz de cumplir con su parte del trato en Valencia, en una tarde en que el resto de equipos si cumplieron. Ganó el Athletic, el Betis y el Celta, y la Real fue incapaz de ganar. Una vez más. Porque la construcción de esta Real ha provocado que su incapacidad para ganar partidos haya sido máxima, durante todo el campeonato y que después de permanecer durante toda la temporada en puestos de descenso, salir de los mismos en la última jornada sea una carambola rocambolesca. Porque a la Real le ha faltado calidad y categoría, en parte ha sido víctima de la demagogia y la ineficacia de dirigentes y técnicos. Algo que se ha pagado con el descenso, todo un sacrilegio para la Real.
Pero que nadie se equivoque. Que la Real haya bajado a Segunda no quiere decir que sea de Segunda. No. La Real es de Primera y ha estado en Primera los últimos cuarenta años. La próxima temporada, sí, la Real jugará en Segunda. Vamos, que veremos a un equipo de Primera en Segunda, esperemos que sólo durante 42 partidos. El equipo ha bajado, es cierto, pero la Real sigue siendo tan de Primera como ayer a las 5 de la tarde. Por eso seguiremos estando orgullosos de ser de la Real. Eso no quita para reconocer que la Real ha firmado un fracaso histórico que no admite ningún tipo de excusa.
El final se veía venir. La Real ha cortado todas sus reacciones cuando lo tenía más a al alcance por su falta de ambición. También por su falta de confianza en sí misma, pero sobre todo por no jugar a ganar. La Real no ha tenido ambición para ganar los partidos más importantes de la temporada: Montjuic, Getafe y Pamplona. Y lo ha pagado con el descenso. Una factura cruel, pero seguramente merecida.
¿Y ahora qué? Se preguntarán. Ahora los responsables tendrán que pagar. Algunos, como Bakero, ya lo han hecho, porque ya no están. Otros tienen la obligación de salir a la luz, reconocer los errores, muchos y de bulto, y marcharse a casa. No se trata de lapidar a nadie, ni de montar espectáculos. Se trata de asumir responsabilidades.
La Real necesita un cambio radical desde hoy mismo para que vuelva a ser un club de Primera que juegue en Primera. Un cambio de gente, desde luego, pero también de mentalidad.
La Real necesita un cambio radical desde hoy mismo para que vuelva a ser un club de Primera que juegue en Primera. Un cambio de gente, desde luego, pero también de mentalidad.
Vuelve pronto, Real. Siempre te estaremos esperando.
La tragedia en imágenes
El rostro de la desolación










Impotencia a los mandos








El día de la consumación




6 comentarios:
Era demasiado complicado para ser real la verdad.
La Real consumó hace mucho su descenso, aunque Kovacevic, Savio y Anoeta lo han mantenido en secreto...
Saludos y ánimo.
El partido de ayer en Mestalla fue el reflejo de lo que ha sido la temporada para la Real Sociedad. En esta categoría no se pueden conceder tantos espacios, porque llega un señor como Villa y te la enchufa... y la cosa pudo ser peor.
Ahora a adaptarse a la nueva categoría; horarios nuevos, equipos nuevos... La segunda es complicada, pero confío en que la Real supere las adversidades y vuelva a jugar un partido de liga en estadios como el Bernabéu o el Camp Nou.
Mucha suerte de verdad, es muy dura la Segunda División, ser como sois y volvereís pronto.
Una gran afición.
Un saludo
Peor que un decenso no se puede, una lastima por esos 40 años. Saludos a ala afición.
Como bien dices, en la Real se han hecho muchas cosas mal. Y gran parte de culpa la tienen el planificador de la temporada, el que ha hecho los fichajes de Navidad y, sobretodo, el señor Fuentes. Que además tiene la cara de tirarse del barco antes que las mujeres y los niños.
La Segunda es una división muy dura y no es fácil volver el mismo año que se baja. Hay que cambiar rápido el 'chip' y estar ahí abajo el menor tiempo posible.
Mucho ánimo desde Bilbao. Yo, personalmente, os quiero pronto en Primera para poder vivir otra vez los 'derbis' de verdad.
Un saludo y pasaros por mi blog si lo deseáis.
Animo, y a preparar la vuelta.
Saludos.
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