Real Sociedad

Y lo peor parece que está por llegar

La comparecencia del Consejo de Administración realista de ayer no fue sino una nueva decepción. Se anunció la dimisión de Zamora, algo que ya se sabía, pero dejó en el aire los temas que realmente interesan a los realistas. A falta sólo de once días para la celebración de una Junta Extraordinaria absolutamente trascendental, todavía no sabemos nada del plan que, se supone, tiene la actual directiva. Y digo que se supone porque si ayer no pusieron sobre la mesa el maldito 'plan b' es posiblemente porque no exista tal plan.

El consejo, supuestamente, debía dar la cara tras la catástrofe, asumir responsabilidades y aclarar el futuro de la entidad. Nada más lejos. No sólo no asumieron la responsabilidad del descenso, sino que mandó un recadito a todos los que dudamos de la legitimidad y la capacidad de este consejo. Sin más miramientos, osó decirnos que nuestro análisis es simplista. Así lo definió María de la Peña en otra intervención marcada por la soberbia de quien se sabe que seguirá en el cargo ocurra lo que ocurra. De quien no entiende que un descenso a Segunda es un fracaso de semejante dimensión que debería provocar una limpieza general en la entidad y empezar de cero, sin el lastre de la gente que ya ha demostrado no estar capacitada para llevar adelante la Real. Lejos de eso, la presidenta, en un momento crítico, no ofreció ninguna certeza, despejó todos los balones y, encima, empezó a utilizar el argumento, que a partir de ahora será religión, de que el club ya venía a la deriva. No, señora, hace sólo cuatro años que la Real casi gana la Liga y eso, le pese a quien le pese, es un punto de partida más que suficiente para no estar en Segunda sólo cuatro años después.

Por lo visto, el desgobierno que ha reinado en el club, al menos en su área deportiva desde que se fue Bakero, sigue adelante también ahora. Tanto que, incluso se permite al secretario técnico, Miguel Etxarri, viajar a Venezuela con la selección de Euskadi a las pocas horas de que la Real bajara a Segunda cuarenta años después.

Ha llegado a tal punto que la iluminada presidenta ha vinculado la continuidad de Kovacevic y Rekarte a la contratación de un nuevo director deportivo. Si a eso le llaman tener un plan...
El remate de la calamitosidad del consejo ha sido su última perla. A modo de comunicado oficial, el club ha inaugurado la temporada de rebajas en Anoeta, y ha comunicado que venderá al mejor postor a Gerrardo, Rivas, Juanito y Novo. Un estilo barrio bajero que no corresponde a una entidad de la categoría de la Real.

Para colmo de males uno de los pocos jugadores que ha sabido defender el escudo se va. Así lo ha confirmado Savio en una sentida rueda de prensa en la que explicó que, aunque tenía una oferta para seguir en la Real, se va porque no sabe como sería su adaptación a la Segunda División. La única decisión aceptable que ha tomado el consejo en estos dos años de infamia obtiene, como era de esperar, una respuesta negativa por parte de uno de los mejores jugadores que ha pasado por la Real en la última década.

Savio, para quién la rueda de prensa se convirtió en un auténtico calvario debido a la avalancha de emociones, dijo que en San Sebastián ha vivido algunos de los mejores momentos de su dilatada carrera deportiva.

También ha reconocido que ha sufrido aquí uno de sus momentos más amargos cuando, a falta de dos minutos para terminar el partido en Anoeta contra el Racing, falló un penalti que podía haber dado mucha vida a la Real de cara a la última jornada de Liga y luego, a la salida del estadio, fue aclamado por un centenar de aficionados que trataron de consolarle.

Savio, inundado por las lágrimas, dijo que para él había sido un orgullo vestir la camiseta de la Real. Para nosotros si que ha sido un verdadero orgullo el poder disfrutar en Donosti de su magia. Pero es inevitable que los prestidigitadores se separen de incompetentes e infames. Su armonía desentonaba demasiado en medio del caos que es esta Real.

Volviendo al consejo. Creo que esta 'panda' de incompetentes no sabe que bajar a Segunda no es cualquier cosa, al menos, en la Real Sociedad. Y en el mismo momento que la Real consumó el desastre tenían que haberse retirado con la poca elegancia y dignidad que pueda quedarles todavía. Pero no, muestras sus ánsias de poder y se agarran todo lo fuerte que pueden a unos cargos para los que no están legitimados por parte de los aficionados. Cada hora que pasa corre en contra de los intereses de la Real. Los accionistas necesitan saber lo que realmente ocurre y adonde va a parar el equipo. Pero a falta de once días no saben nada. Bueno, algo sí, que estamos en Segunda y que Zamora ha dimitido.

Parece que lo peor está por llegar