Puro espectáculo en el 'Teatro de los Sueños'
Con todo el mundo pendientes de Ronaldo y Kaká, Rooney se coló en una fiesta a la que se nos olvidó invitar. El delantero inglés fue el único capaz de apaciguar los ánimos milanistas, gracias a dos goles que adelantan a los milanistas.
El fútbol es un deporte de equipo. Pero hay ciertos jugadores especiales, ciertos jugadores que pueden hacer que un partido cambie de signo simplemente con su presencia. Y el partido entre el Manchester y el Milan tenía a dos de estos futbolistas. Por parte de los británicos estaba Cristiano Ronaldo, el ahora mismo mejor jugador del mundo. En el otro bando jugaba Kaká tan bueno o más que el portugués. Durante toda la semana se habló del duelo entre ellos dos como una especie de batalla por saber quién es el mejor.
Sea como fuere, la verdad que lo que realmente estaba en juego era toda una semifinal de Champions. Cristiano Ronaldo fue el que golpeó primero, con un gol de cabeza a centro de Giggs. La inestimable ayuda de Dida fue clave para que el Manchester se adelantara en el marcador.
Era el turno de Kaká. El brasileño, al que muchos le critican su falta de liderazgo en momentos clave, decidió que era hora de callar a todos sus detractores. Pase en profundidad de Seedorf, control orientado del carioca que le deja solo y bate con la zurda a Van der Sar. Demostración de una potencia al alcance de muy pocos. Y si no que se lo digan a Heinze, que vio como Kaká se le escapaba en unos pocos metros. El partido estaba empatado.
Cristiano intentó contrarestar el efecto carioca pero el milanista no cejó en su empeño y marcó, cinco minutos después, uno de los mejores goles de lo que va de Champions. Otra vez Kaká, aprovechándose de un servicio largo de Dida, sombrero para irse del primer defensor, autopase con la cabeza para irse de otros dos y gol con la pierna derecha, lejos del alcance de Van der Sar. 1-2 y Old Trafford enmudecido.
En la segunda parte Cristiano Ronaldo se empeñó en hacerlo todo solo y poco a poco su protagonismo en ataque fue minvando. Tuvo que ser Rooney el que se echó el equipo a la espalda, llevando toda la ofensiva del Manchester y presionando la salida del balón italiana. En el otro bando, Kaká siguió trabajando aunque esta vez en labores defensivas. No deja de ser sorprendente ver a un jugador de su calidad defender como el que más.
El Milan fue poco a poco yendose para atrás. Ante un equipo como el Manchester, eso es poco menos que un suicidio. Una buena jugada colectiva de los ingleses acabó con el balón en los pies de Rooney. El delantero no es de los que suele perdonar y pese a que Dida tocó su disparo, la pelota acabó entrando. 2-2 y el partido volvía a estar igualado. El gol no cambió el panorama, el Milan seguía dando por bueno el resultado y el Manchester quería ganar. Los últimos minutos fueron ingleses, con toda su artillería buscando el tercer tanto. Y en especial, Rooney, que finalmente consiguió el soñado gol.l delantero se está pasando toda la temporada eclipsado por Ronaldo pero hoy el Manchester fue él. Si no llega a ser por sus goles, ahora estaríamos hablando de la exhibición de Kaká y de que el Milan tiene pie y medio en la final. Hoy más que nunca, Rooney demostró que su equipo no depende de un solo jugador.
Sea como fuere, la verdad que lo que realmente estaba en juego era toda una semifinal de Champions. Cristiano Ronaldo fue el que golpeó primero, con un gol de cabeza a centro de Giggs. La inestimable ayuda de Dida fue clave para que el Manchester se adelantara en el marcador.
Era el turno de Kaká. El brasileño, al que muchos le critican su falta de liderazgo en momentos clave, decidió que era hora de callar a todos sus detractores. Pase en profundidad de Seedorf, control orientado del carioca que le deja solo y bate con la zurda a Van der Sar. Demostración de una potencia al alcance de muy pocos. Y si no que se lo digan a Heinze, que vio como Kaká se le escapaba en unos pocos metros. El partido estaba empatado.
Cristiano intentó contrarestar el efecto carioca pero el milanista no cejó en su empeño y marcó, cinco minutos después, uno de los mejores goles de lo que va de Champions. Otra vez Kaká, aprovechándose de un servicio largo de Dida, sombrero para irse del primer defensor, autopase con la cabeza para irse de otros dos y gol con la pierna derecha, lejos del alcance de Van der Sar. 1-2 y Old Trafford enmudecido.
En la segunda parte Cristiano Ronaldo se empeñó en hacerlo todo solo y poco a poco su protagonismo en ataque fue minvando. Tuvo que ser Rooney el que se echó el equipo a la espalda, llevando toda la ofensiva del Manchester y presionando la salida del balón italiana. En el otro bando, Kaká siguió trabajando aunque esta vez en labores defensivas. No deja de ser sorprendente ver a un jugador de su calidad defender como el que más.
El Milan fue poco a poco yendose para atrás. Ante un equipo como el Manchester, eso es poco menos que un suicidio. Una buena jugada colectiva de los ingleses acabó con el balón en los pies de Rooney. El delantero no es de los que suele perdonar y pese a que Dida tocó su disparo, la pelota acabó entrando. 2-2 y el partido volvía a estar igualado. El gol no cambió el panorama, el Milan seguía dando por bueno el resultado y el Manchester quería ganar. Los últimos minutos fueron ingleses, con toda su artillería buscando el tercer tanto. Y en especial, Rooney, que finalmente consiguió el soñado gol.l delantero se está pasando toda la temporada eclipsado por Ronaldo pero hoy el Manchester fue él. Si no llega a ser por sus goles, ahora estaríamos hablando de la exhibición de Kaká y de que el Milan tiene pie y medio en la final. Hoy más que nunca, Rooney demostró que su equipo no depende de un solo jugador.
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