domingo, 21 de diciembre de 2008

Cómo hemos cambiado...


¡Pobre Real Sociedad! Pobre Real, que en el año de la constatación de cien años de gloriosa existencia lo está pasando peor que nunca merced a la incompetencia de generaciones de gestores que han llevado al club a una situación difícilmente reversible. El dia de ayer se presentaba duro desde por la mañana: un equipo barado en su propia incapacidad recibía al lider de Segunda y después se enfrentaba a la cruda realidad del proceso concursal con una Junta de Accionistas que podría llevárselo todo por delante.

Y lo cierto es que la tarde empezó bien. Al término de la primera mitad, Teixeira (qué malo es) dejaba en inferioridad al Salamanca y en el descuento, cuarenta y cinco minutos después de tener ventaja numérica, Ansotegui conseguía ese gol máximo que se puede ver en los partidos de la Real; 1-0, 0-0, 0-1. Ese es el guión que ha dibujado un equipo que suple con casta, orgullo y corazón todos los problemas, deportivos y no. Pero, desgraciadamente y como ya empieza a ser habitual, la Real se jugaba el futuro en el otro Anoeta, en el velódromo. Allí, entre otras cosas como aprobar las famosas cuentas, decidir si pedir o no responsabilidades civiles a anteriores rectores por la insolvencia actual en que se encuentra el club, había que votar la remoción al consejo de Iñaki Badiola.

El destino que Badiola se había labrado a poquitos desde el pasado tres de enero le llamaba a filas. Hace menos de un año llegó a la presidencia de la Real a base de promesas que encandilaron a una afición desolada, que se entregó en brazos de su proyecto con un enorme lazo. Prometió fichajes de relumbrón, expansión en China, dinero, mucho dinero, un estadio en propiedad y, sobre todo, el ascenso. Hoy, 350 días después encontramos a una Real que apenas respira en Segunda División y ahogada en los entresijos de una Ley Concursal. Con un Presidente que tuvo para todos, que vivió encerrado en su cuento chino sin querer ver la realidad: se peleó con la Diputación, con los administradores concursales, con cualquier movimiento opositor e incluso con los jugadores y sus propios compañeros de Junta.

Badiola nos subió a los altares de la gloria, vendió días de felicidad regalada cuando la situación real era muy distinta, se autoimpuso un listón altísimo que no ha podido subir y, física pura, la caída, cuanta más distancia recorra, más dolorosa. La Junta de ayer fue como la familia que se une en torno al enfermo querido, pero que, como en las películos, ni es querido y aparecen intereses de por medio. La descomposición de la entidad es continua y ayer asistimos al último proceso de fractura. La nefasta gestión de Badiola, mucho más pendiente del pasado justificador que del avenir del club ha terminado por descuajeringar a la Real. El único objetivo de ayer era acabar con Badiola, sin importar a nadie un pimiento su sustituto, su programa deportivo, económico o institucional. Si es que lo tuviesen...

Badiola fue removido por una mayoría aplastante del 58% del accionariado. Un accionariado cobarde que, como se podía preveer no estuvo presente, sino representado, en la Junta. Quién sabe quién será y quién sabe por qué lo hará, pero hoy y hasta que se confirme lo contrario, los ojos apuntan a la Diputación. Aunque eso ahora importa bien poco. La Real vivió ayer su noche más triste (superando incluso la de Mestalla) en que los propios aficionados llegaron a pegarse entre ellos. ¡quién la ha visto y quien la ve! La ciudad del señorío, la elegancia, el puritanismo y el jersey de punto sobre los hombros perdiendo los papeles por una causa intanjible. Hoy la Real tiene nuevo Presidente. Se llama Jokin Aperribay, pero nadie le conoce. Tampoco sabemos cuanto durará él, pues él y los que le han apoyado ya no tendrán a Badiola para culparle de los males de la Real. Antes de ser elegido reclamaron su dimisión y tendrá a su cargo el periodo más difícil de los cien años de historia de la Real: reconstruir la entidad, de arriba abajo y de abajo arriba. Y el orden de los factores puede alterar el producto. Cómo hemos cambiado...

4 comentarios:

Rubén dijo...

Lo más triste que he visto nunca. Supera con creces a lo que ví en la Asamblea del Madrid. Lo triste es que la afición no quería el cambio y se lo tiene que comer con patatas. La decisión de ayer no responde a ningún motivo deportivo. La decisión de ayer no se tomó por el bien de la Real. La decisión de ayer únicamente fue para salvar el culo de quienes buscan lucrarse a través de la Real Sociedad. La decisión de ayer va a hacer que la Real esté un pasito más cerca de desaparecer.

Alguien se arrepentirá, seguro. Y alguien, más de uno, dos y tres se acordará de Badiola, no te quepa duda. Ojalá no ocurra, pero ocurrirá.

Saludos!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Rubén dijo...

Acojonante cómo la peña pasa de todo. Cada vez el "spam" es más descarado. Ya ni siquiera un triste comentario sobre el tema del post.

Enric Adell dijo...

hola,
la verdad es que es muy triste esto.
la gente debería reflexionar.
Espero que la Real regrese al sitio que merece, primera.
feliz navidad.
saludos des de Fútbol Mundial

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