miércoles, 29 de octubre de 2008

Un duelo (im)posible


Los polos opuestos de la Premier League chocarán esta noche en Stamford Bridge. Y de igual a igual. El calendario inglés fijó el encuentro en un anónimo miércoles de otoño, donde se juegan los partidos menos importantes. Y nadie pudo imaginar entonces que podría tratarse de un partido vital para la decisión del título. El Hull gastó cinco millones de libras en hacer fichajes este verano (35 el Chelsea), y la amplia mayoría de su plantilla debuta este año en Premier League, por lo que, atendiendo a las cifras, el portaaviones de Abramovich se verá las caras con el equipo más humilde de la Premier, y no sólo porque el propio club debute este año en la máxima categoría del fútbol inglés.

Este verano, el Hull tuvo dudas, no supo que hacer con su billetera de nuevo rico. El equipo tenía que mejorarse, y mucho, para evitar el ridículo, pero el exceso de fichajes podría no ser positivo por las famosas dificultades de adaptación. La directiva del Hull sólo estaba dispuesta a hacer un sacrificio: ofrecer siete millones de libras al Manchester por Frazier Campbell, que la temporada pasada les llevó al ascenso, marcando 15 goles de enero a mayo, el tiempo en que estuvo cedido en el equipo. Pero Ferguson prefirió sacarle otro partido al joven delantero, y lo incluyó en la operación que llevó a Berbatov del Tottenham al United. Finalmente, el Hull se quedó sin su objetivo, y la inversión se redujo únicamente a cinco millones de euros, fichando algunos jugadores más experimentados. Por su parte, el Chelsea gastó 35 millones de euros para hacerle algún retoque a la plantilla de Scolari, con las incorporaciones de Bosingwa (25 millones), Deco (10 millones) y Mineiro (libre), lo que evidencia las diferencias entre estos dos equipos, también retratada en la nacionalidad de sus jugadores, ya que el Hull cuenta con sólo cuenta con tres extranjeros en su once habitual (8 en toda la plantilla), el mismo número que ingleses lo hacen en el Chelsea normalmente.

Sin embargo, es un partido delicado sobre todo para el Chelsea. Porque el equipo que está sólo un puesto por detrás de él, con los mismos puntos y con un presupuesto insultantemente inferior, no tiene nada que perder, mientras Scolari empieza a sentir las primeras presiones. Su proyecto prometía ser maravilloso y en una sola tacada, ha perdido el primer puesto contra el Liverpool y el record de imbatibilidad de 1.079 días que en Stamford Bridge se empezó a forjar bajo la batuta de Ranieri, se mantuvo bajo la guía de Mourinho y que incluso Avram Grant supo conservar. Y debe volver a ganar ya. Y realmente son favoritos, porque el 'increible Hull', precisamente jugó su peor partido de la Premier en casa, perdiendo 0-5 contra el Wigan. Señal de que su defensa no es la mejor y puede sufrir si pierde el balón, más aún cuando enfrente está el Chelsea. Phil Brown, que ya ha ganado dos veces el premio de manager del mes, recupera al experto Dawson, para liderar su defensa; mientras que Scolari volverá a poder contar con Joe Cole, ya con el alta médica, aunque siguen fuera de curso Drogba, Essien y Ballack. Pero el peligro para el Chelsea puede ser un exceso de confianza por su parte y la motivación extra de sus rivales y de una afición que ruge al ver a su equipo en lo más alto de la Premier. De hecho, los fieles aficionados del Hull irán con los Tigers el próximo sábado a Old Trafford, para medirse con el Manchester United: En cuatro días, dos enfrentamientos directos contra los últimos finalistas de la Champions League. Algo sobre lo que darle vueltas a la cabeza. O de darselas al stablishment del fútbol inglés. Depende de los resultados.

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Christian Castellanos Lijó, administrador de Curva Bianconera.