post número 261

No sé como llamar a esto

Aquellos polvos trajeron estos lodos. Dos años y medio de Miguel Fuentes & Cía. y estamos en Segunda división, con una crisis económica de caballo y con unas elecciones en medio de la temporada que se han llevado, en lo deportivo, la escasa estabilidad que se vivía en el equipo desde la llegada de Coleman. Ahora, cuando estabamos más o menos tranquilos, vuelven los rayos de las dudas sobre Donosti, y nos encontramos con un presidente que quiere fichar sin contar con el técnico; un entrenador al que le importa todo tres pepinos y quiere seguir co la hoja de ruta con la que venía, aunque la dirección haya cambiado de manos; y un nuevo director deportivo (por cierto, no sabemos donde ha ido a parar Salva Iriarte) que presenta el proyecto del futuro de la Real pero que no sabe si continuará má allá del 30 de junio... En fin, una locura.

Al final resultará tener razón Toshack, que calificó la entrada de Badiola en la Real como la de un elefante en una cacharrería. Badiola prometió muchas cosas, que necesitan tiempo para ver resultados, y tiempo tendrá, pero también dio nombres y fechas que ya no ha respetado. Dijo tener atados a cuatro fútbolistas que jugaban con frecuencia entre los 10 primeros clasiicadosde España e Inglaterra; y que estarían aquí el pasado 6 de enero. Sacó a la luz el nombre de Nicola Zigic y la llegada del serbio ya no la cree ni él. Ni siquiera ha podido traer a un chico de la cantera del Barça. En San Sebastián quedó la semana pasada una sensación de que se cerraba una etapa negra en la historia del club y se habría otra gloriosa. No es así. Sólo puede ser cierta la primera parte del razonamiento: se acaba una pesadilla. Pero los problemas siguen ahí, intactos y, en otros casos, aumentados.

Iñaki Badiola está metiéndose en un berenjenal, en un reto de dimensiones gigantescas que está poniendo a prueba su capacidad y dejando, por ahora, en muy mal lugar su credibilidad. Él mismo dijo tras ser elegido presidente de la Junta que había acabado el tiempo de decir cosas y empezaba el de hacer. Prometer es fácil. Encandilar a una afición desolada, relativamente sencillo. Conseguir que toda la desesperación acumulada se entregue en brazos de un proyecto con un bonito envoltorio, también es factible. Responder a esas expectativas y de las promesas realizadas es lo difícil y es lo que cuenta. Se han acabado las palabras y los hechos no llegan. Badiola vendió días de felicidad regalada cuando la realidad es muy cruda y las expectativas pesimistas. Él mismo, solito, se puso el listón, y parece que ahora le queda alto.

Badiola ahora busca las excusas que calmen a la afición, pero se le da mejor prometer que pedir perdón. Los fichajes no eran tales. Las negociaciones no eran las que se preveían, y cuando antes hablabamos de Zigic, Soldado, Gudjohnsen o Baros, ahora lo hacemos del delantero reserva del Mallorca. Sí, la Real está en Segunda y es difícil seducir a esos jugadores, pero la Real ya estaba en Segunda cuando anunció unos acuerdos que, aunque es fuerte decirlo, eran falsos.

Por el bien de la Real quiero creer en Badiola, pero empiezo a sentirme engañado otra vez y no puedo. Badiola dijo que si la Real no conseguía el ascenso esta temporada, desaparecería en ocho meses. No sé si será cierto. Los anteriores rectores eran malos, pero no tanto como para matar a la Real con un año más en Segunda División. Pero me temo que, de nuevo le tendré que dar la razón a lo de Toshack y la cacharrería. Sí, el comienzo de este nuevo proyecto con Coleman a la cabeza fue desastroso y tras el bochorno contra el Castellón hablabamos de evitar el descenso a Segunda B. Fue duro, durísimo, pero el equipo, a pesar de los chuzos de punta que caían sobre el equipo, se unió y empezó a trabajar, haciéndonos, de buen grado, cambiar el discurso. Y pasamos a hablar de evitar el descenso y de conseguir la permanencia a escende, incluso a poder acabar alguna jornada entre los tres primeros. Y yo, lo digo sin miedo al ridículo, soñaba con ver a esa Real ascender. Con retoques, sí, pero con la misma idea, con la misma filosofía y con la comunión que hay en el vestuario.

Llamádme lo que querais. Iluso. Optimista. Romántico. Antiguo. O incluso gilipollas. Me da igual. Es lo que pienso. A mí me hacía ilusión la progresión de este equipo. Estaba encantado de ver a esta Real a un sólo partido de los puestos de ascenso. Me alegraban los goles de De Cerio, las cabalgadas por la banda de Martínez, cada recuperación de Ansotegui me dibujaba una sonrisa y me maravillaba con los pases de Elustondo. Creía en ese momento que la Real estaba haciendo lo que debía. Siempre es difícil hacer equipo compitiendo, más en Segunda, pero es lo que le queda a la Real.

Ya sé que todos los jugadores no van a salir. Que muchos se van a quedar en el camino de las ilusiones. Las cosas son así. Pero lo importante para la Real es hacer equipo, no para subir en junio 'como sea', sino para subir en junio o dentro de un año, con una base que le permita competir luego en Primera, porque subir para bajar al año siguiente es peor que no subir.

Es muy fácil decir subir 'como sea'. Pero, y luego ¿qué hacemos? Decir a la gente que subir a Primera sirve para sanear la economía no es que no sea cierto, sino que simplemente es mentira. La Real tiene un agujero reconocido de 18 millones de euros, producto no precisamente de este año en Segunda, sino de haber hecho el 'como sea' en Primera durante muchos años. Eso debe quedar claro. Es cierto que subir supone unos ingresos mucho mayores por televisión y publicidad, pero si subimos con jugadores prestados y habiendo pasado de los de casa, necesitaremos muchísimos más millones de euros que los que ingresemos para hacer un equipo competitivo en Primera. Por eso creo que no se trata de subir en junio 'como sea', sino que se debe subir como se debe subir, aunque se tarde un año en hacerlo.

Porque yo no quería a Marc Crosas. Yo no quería terminarle de construir un jugador, que hoy por hoy no es nada del otro mundo, al Barça. Pero no quería que me engañasen. Y es lo que han hecho. Y ya apenas siento confianza en Badiola y en sus cuentos chinos y en su ascenso 'como sea'. Eso funcionó hace dos semanas. Pero la realidad ha levantado las cartas de cada uno. Ojalá en junio tenga que acordarme de esto y rectificar en un post como este o más largo incluso. Decir que todo va mejor, que estamos en Primera y que tenemos un Presidente decente. Pero por ahora, esta es mi opinión, y si no la digo, reviento.

Y reviento si no lo digo porque me voy. Porque esto quería decirlo en mi casa. Y porque con esto me despido. Me voy con la imagen perdida de Mou mirando al infinito que ha marcado durante los últimos meses mi perfil. Hace poco tiempo expresé aquí todo lo que esto (y por extensión vosotros) significaba para mí. Así que no voy a soltar la chapa. Dicen que lo mejor a la hora de las despedidas es hacerlas cortas. Y es lo que pretendo hacer. A lo largo de una vida entran muchas personas en ella: unas vienen y van, otras pasan de largo, hay quien se queda una temporada y hay quien te la marca. Suena a aberración pero cada persona que ha empeñado su tiempo en pasar por aquí me ha hecho realmente feliz y costará olvidarlo. Esto tampoco es una despedida, por lo que no quiero alargarlo, lo cual me resulta bastante complicado porque no tengo palabras para expresar nada. En ocasiones piensas, reflexionas, tienes ideas y deshechas otras viejas. A mí me ha pasado. Alguien dijo que pensar demasiado es malo y ello lo comprobaré en poco tiempo. Como os decía, no me voy. Sólo me cambio de casa. Me voy a un piso más pequeño, más coqueto, que a mí me apasiona y que sé que a muchos defraudará. Algunos de vosotros conocereis mejor que yo las razones por las que dejo este espacio que me lo ha dado todo y doy un paso al vacio. Yo no sé por qué lo hago y no tengo del todo claro el querer hacerlo.

Hace algún tiempo me propusieron formar parte de un proyecto que me pareció interesante y en el que muchos de vosotros me estais acompañando, aumentando así mi felicidad. Siento que me voy en el mejor momento de 'más y + fútbol', pero creo que es lo que debo hacer si no quiero correr el peligro de caer en el aburrimiento y la dejadez. 'Más y más' se acaba aquí, pero yo sigo espero que con el apoyo de algunos de vosotros. Como Mou, veo el futuro borroso, indefinido y la incertidumbre de la convenencia de esto o no me tiene preso.

Posiblemente, esta despedida no es la que quería hacer, ni he logrado plasmar aquí lo que llevo tantos días pensando. Pero no me sale nada más. Me voy a despedir con una frase que Elia Kazan dedicó alguna vez a la Real Sociedad: "Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplandor en la hierba, de la gloria en las flores, no hay que afligirse porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo."

Anter de acabar definitivamente con esto, gracias. No soy una persona dada ni ha reconocer errores, ni triunfos de los rivales y me cuesta soltar palabras de cariño, pero una y mil veces más: gracias.

Gracias, Hector, porque sin tí no habría salido adelante.

Gracias a Javi por haberme enseñado y ayudado siempre.

Gracias a Yago por aguantarme tantas noches.

Gracias a Domingo por haberme dado el último empujón.

Gracias, Guille, por ser como eres y compartirlo conmigo.

Gracias a Cristobal por echarme siempre un cable y por sus diseños.

Gracias a Pablo por dejarme compartir experiencias con él.

Gracias a la gente de Fútbol life por acordarse de mí.

Gracias, Aaron, por tu confianza en mí.

Gracias a todos por todo.