martes, 18 de diciembre de 2007

Así está el fútbol

Los nuevos designios del fútbol


Hace algunos años, el fútbol era un asunto serio. Quizá no tan grande como ahora (o quizá mucho más), pero más serio. Los equipos eran reconocibles por sus colores, las alineaciones se repetían domingo sí, domingo también, y los dorsales de las camisetas iban del uno al once. La Liga la ganaban Real Madrid o Barcelona, y de vez en cuando algún club menor se crecía y daba la sorpresa osando inscribir su nombre en la historia de la Liga.
Nada de todo aquello queda hoy. Los equipos cambian de color como los aficionados de equipo. Hay camisetas moradas, verdes, fluorescentes... aunque no veamos ninguno de estos colores en los escudos de esos clubes. El portero no siempre luce el uno a la espalda, y el abanico de posibles dorsales se ha ampliado hasta cien. Antes, llevar el quince era sinónimo de suplencia. En estos días, Ronaldo porta el 99 en el Milán y nos resulta normal.
Los vicios adquiridos de la NBA y demás ligas estadounidenses han 'secuestrado' el fútbol moderno. Aquí también se compran y venden franquicias, como bien sabe Carlos Marsá. El empresario hizo fortuna suficiente con el arte para adquirir la plaza del Ciudad de Murcia en Segunda División.
Con la base de los jugadores del conjunto murciano y unos cuantos fichajes de buen nivel, ha construido un equipo que mira el ascenso con la ilusión de un niño. No tienen campo propio, ni siquiera afición, pero Motril les ha acogido y ya cuentan con 1.500 socios ansiosos por ver fútbol, aunque sea de segunda fila.
Este Granada 74 prefabricado es el ejemplo de que el deporte poco tiene que envidiar a los negocios. Con dinero, todo es posible. Se puede inventar un equipo, llevarlo a lo más alto a golpe de talonario y generar filias y fobias incluso antes de que el balón eche a rodar.
A Marsá le impidieron jugar en Los Cármenes, campo principal de Granada, pero como el 74 es un equipo portátil, no ha tenido problemas en mudarse y convertir Motril en su hogar.
'Mi' Real está lejos de ser un club de cartón y fantoche. Tuvo un nacimiento a la antigua usanza, hace ya casi cien años, y pasito a pasito ha ido labrándose un nombre y una historia. Hoy se enorgullece de su títulos, de su repercusión social en un territorio como Euskadi (quizá también en China), pero no ha sabido aclimatarse a los tiempos que corren.
Juega con desventaja, pues equipos sacados de la nada como el Granada 74 pueden desaparecer sin que su recuerdo provoque lágrima alguna. Gastarán y gastarán hasta que las arcas no den más de sí, y entonces el Marsá de turno plegará y se marchará a casa por donde había venido. En Motril se acabará el fútbol profesional y, dentro de unos lustros, los mayores del lugar contarán a sus nietos que un día tuvieron la suerte de ver ganar en directo toda una Real Sociedad, un histórico de Primera, en un estadio municipal que había donde habrá levantado un edificio de, al menos, nueve plantas
Porque ésa es la esencia del fútbol, por mucho que el mercado se empeñe en teñirlo de verde fluorescente. Desgraciadamente, de la leyenda sólo viven los difuntos.

5 comentarios:

Christian dijo...

Abajo queda el resumen de la 16ª Jornada de la Serie A en la sección 'Así está el Calcio', mi post número 250, algo de lo que me siento tremendemante orgulloso.
un abrazo a todos
y gracias

Rubén dijo...

Enhorabuena por ese número. 250, qué grande!!

Lo del fútbol actual... Muchas veces pienso si realmente vale la pena sufrir cuando tu equipo pierde, porque ves que a ninguno o a casi ninguno de los jugadores les importa. Total, van a cobrar igual...

Me resulta increíble ver como el fútbol en general va adquiriendo, como bien dices, vicios nocivos de América. Ya nada importa. A ningún futbolista (en realidad sólo a tres o cuatro) les importa el escudo que llevan en la camiseta.

El domingo me fijé, en el Arsenal-Chelses (lo siento, pero no lo nombro para hacer sangre) en Ashley Cole. Toda su vida en el Arsenal y luego con la camiseta del Chelsea, discutiendo en contra de los que fueron sus compañeros y quizá amigos.
Qué poca memoria cuando el diero se pone de por medio.

En fín, yo seguiré sufiendo por mi equipo y alegrándome cuando toque aunque los jugadores pasen del tema.

Un abrazo y enhorabuena de nuevo!

piterino dijo...

Gran post, mi punto de vista va muy en tu línea.

Esto de comprar plazas en una categoría u otra va en contra del espíritu de la competición y del fútbol; el Granada 74 es una entelequia, una entidad sin respaldo social, sin símbolos ni ideas que lo representen más allá del color del dinero.
Podrán hacer una buena temporada o no, pero si el futuro de un equipo y una ciudad depende de la voluntad de una persona y sus inversiones...

Jesús Sousa dijo...

Esto no es fútbol ni es nada... Esto es un negocio en este caso mal hecho porque poco van a ganar... No subiran a primera, no creo que vaya mucha gente al estadio, no es un equipo con historia, es "robado" digamos, han comprado una plaza y eso deberia de ser ilegal.

Donde queda el fútbol por amor, por sentimiento, por ilusión, por colores, el verdadero fútbol que te hace disfrutar, sonreir, llorar, amar al deporte... Con este equipo ninguna persona puede sentir nada, ni siquiera celebrar un gol o victoria ya que no significa nada, no son nada.

Saludos

Andrés Romero dijo...

Christian, buen artículo.

Es una pena, pero el sentimiento futbolístico se ve pisoteado por este Granada 74. Es el debate entre lo moral y lo legal y, por desgracia lo primero no va unido a lo segundo.


Un abrazo, amigo.

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San Sebastian, Euskadi
Christian Castellanos Lijó, administrador de Curva Bianconera.