Curioseando

El equipo no, pero él sí camina solo

La increible historia del taxista de Norwich, que ha dejado a todas las mujeres de su vida y dio once nombres a su único hijo, uno por cada futbolista que jugaba en Anfield en el '86.

"Se puede cambiar de mujer, pero no de equipo". Esta es una regla no escrita que Martin Cooper (59 años) ha seguido demasiado al pie de la letra, casándose siete veces y separándose otras tantas por su amor al Liverpool. Todas las mujere que le han 'amado' le han dejado (algunas tras unos pocos meses, otras, con más corage, aguantaron incluso años) porque se sintieron traicionadas por la insana pasión que este buen hombre siente por el club de Anfield, del que es aficionado desde los 7 años. "De ninguna manera puedo anteponer una mujer o un matrimonio al fútbol -reveló el señor Cooper al Daily Star- porque el Liverpool es mi vida".

"Era un niño cuando los reds vinieron a jugar a Carrow Road (estadio del Norwich) y ahí se produjo un flechazo". Un amor sui generis para cualquiera pero que para este hombre no admite ninguna discusión. Su primer matrimonio fue a los 19 años, con Rosemary,pero la unión se fue al traste porque la mujer se hartó de que le 'pusiera los cuernos' con su equipo. La misma suerte corrió Patricia, idem Barbara, con la que aguantó (mejor dicho, la que le aguantó) dos años. Este sujeto provó entonces con otra Rosemary, "pero era una mujer muy casera" -dice Martin- y también acabé con ella a los dos años (otra valiente como Barbara). Mal le fue también con la quinta mujer, Carol, que trató de usar un ultimatúm con tal de alejar del Livepool a su fanático marido. Evidentemente, sin éxito. "Un día me dijo: si te vas a ver el partido, no esperes encontrarme a la vuelta". La respuesta: "me parece justo". Obviamente, nuestro protagonista fue al estadio, y sobra decirlo, el matrimonio acabó.

Pero nuestro hombre no se dio por vencido, y cuando conoció a Davina, decidió convertirla en la sexta señora Cooper. ¿Todo bien? Pues no. Porque cuando nació su único hijo, a este lechón no se le ocurrió otra cosa que darle once nombres: los del equipo del Liverpool del 1986 (vamos, que el pobre niño, si es que todavía no se ha cambiado el nombre, se llama Bruce Phill Ray Mark Ronnie Alan Kenny Samuel Ian Craig Graeme Cooper. Precioso nombre). Vamos, en este caso, la separación era inevitable. La última que se atrevió a desafiar al 'pool fue Tina, aunque con ella fue un visto y no visto: "Nos conocimos en septiembre, nos casamos en octubre y en enero ya estabamos separados". Llegados a este punto, parece que al señor Cooper no le queda otra que caminar solo, contradiciendo el himno del Liverpool (algo que quizá se convierta en un problema para él), que, por lo menos, tendrá su dedicación más absoluta.