Una finísima línea
En el circo de la campaña electoral del Real Madrid apareció un hombre aparentemente sensato. Por lo menos listo. Tras tres años en los que el aficionado contemplaba atónito la dejadez del vestuario merengue, Ramón Calderón prometió lo que el madridismo pedía a gritos: sudor y lágrimas. En estas anunció que el general Capello guiaría la nave blanca hacia la Cibeles. Perfecto, proporcionaba a la afición el sufrimiento que quería para sus jugadores. Con Capello y las mentiras de Robben, Cesc y Kaká se aseguró la victoria.
El madridista enseguida empezó a sentir el efecto Capello, pero sólo una parte: las lágrimas. Los deseos de venganza se habían vuelto en su contra y eran ellos los que lloraban. Después llegaron más lágrimas: Beckham, Ronaldo... Pero ni rastro del sudor.
Pero en el tramo final Capello parece que cumple las dos partes del trato. Sus futbolistas sudan y la afición llora. Y es que ese es el problema de tener a Capello. En el técnico italiano la diferencia entre el éxito o el fracaso la marca una finísima línea. Hasta hace un mes la temporada del Real era desastrosa; eliminados a la primeras de cambio en Champions League, un pésimo Betis los echó de la Copa del Rey también octavos, y el Barça por delante. Pero el Barça entró en barrena y Capello, que otra cosa no, pero si ha recuperado el orgullo, la casta y el amor la camisa, ha aprovechado a la perfección las derrotas blaugranas, pues es un especialista en aprovechar defectos rivales.
Ahora, después del inoportuno parón FIFA, llega el momento de la verdad, en 180 minutos se sabrá si Capello consigue el triunfo más rotundo o el fracaso más abominable. Si la temporada ha sido gloriosa o si Capello sólo ha aumentado la racha en blanco del Bernabeú y ha supuesto un desastre. Si se consigue la Liga, trinufo, pero un sólo empate contra Zaragoza o Mallorca podría hundir al Madrid en el fracaso más absoluto viendo el pobre juego que ha desarrollado el equipo durante la temporada. Y es que con Capello no se admiten medias tintas. O es bueno o es malo. En su caso, y aunque suene a topicazo, el éxito y el fracaso están separados por una finísima línea.
5 comentarios:
Pues es normal. Si tu equipo va mal, te enfadas, si va bien, te alegras. Es lo más lógico.
Hala Madrid!
El madrid no ha podido aguantar los insultos y la presión de todos sus aficionados, y parece ser que ahora san puesto las pilas, pero para ganar una liga, hay que ser constante desde el primer momento, como el Barça, asi que la liga no va a ser para el R.Madid, sino que para los culés.
Muy correcto el título, y en general buen post.
Con Capello buen fútbol se ha visto en pocas ocasiones, pero tiene merito lo del italiano, y encima haciendo frente a todas las voces criticas que se le echaban encima. El ha respondido con lo que se le pedía. Aun asi, creo que el 95% del madridismo no le renovaría. Por otra parte, tb ha ayudado a Capello que no haya ningún equipo superior al resto, habría que haber visto a este Madrid con el Barcelona del año pasado...
Saludos
Está claro. De todas maneras si el Real Madrid no hubiera enredado lo que enredó, la línea sería más bien gorda, y el éxito lo tendrían en su mano....
Saludos.
Capello a la puta calle, el madrid no tiene juego solo tiene jugadores individuales, si no fuese por eso el madrid no estaria donde esta y capello esta temporada no a hecho nada a la mierda
Publicar un comentario